Estamos seguros que a muchos de vosotros la figura de Pierre Lottier no os es nada exótica: los más expertos en antigüedades aprecian y valoran los distintos diseños de un decorador que a lo largo de su carrera no solo acumuló fama por su refinamiento y elegancia, también polémicas y escándalos que hoy ilustraremos. ¿Os interesa?

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Inicios: educación refinada y contrabandismo

Los inicios de Pierre Lottier están aún por investigar pero si tiramos de hemeroteca o leemos la publicación "España y el expolio de las colecciones artísticas europeas durante la Segunda Guerra Mundial: el informe oficial de 1998" de Jose Manuel Serrano Alvarez descubriremos como este diseñador y decorador francés empezó en el mundo de las antigüedades y arte.

Su padre era el célebre restaurador y homónimo Pierre Lottier, el cual fundó e 1880 "La Reserve" de la Costa Azul, uno de los establecimientos de la alta sociedad más valorados por millonarios y aristócratas. Gracias a este primer contacto con el dinero, supo conocer los gustos de el nuevo rico de los años 10-20, lo que le reportaría una valiosa información para los futuros negocios y clientes.

El famoso establecimiento "La Reserve" en los años '30

En los años 30 se instaló en Madrid, apartado por la sociedad francesa por ser homosexual, y entró en contacto con la élite española de la época como conseguidor de importantes obras de arte y sobretodo, arte oriental como porcelanas y bronces. Durante esta etapa de su vida se le conoció por tener una relación sentimental con el artista Jean Cocteau, que seria boicoteada con la llegada del franquismo y las restricciones a dicho colectivo. 

A partir de los años 40, se le empezó a relacionar con Eric Shiffman, un marchante, espía alemán y contrabandista que es relacionado con los peores expolios de la segunda mitad del siglo XX. Aprovechando la ocupación de Francia por parte de Hitler, estos dos socios se aliaron para, de forma ilegal, hacer contrabando de los restos de grandes fortunas francesas venidas a menos por la contienda. Las porcelanas japonesas y chinas fueron su predilección, y según citaban varios periódicos en los 40' como La Vanguardia, fueron multados y arrestados en varias ocasiones en la frontera de Hendaya. Entraban dichas piezas sin permisos y con adquisiciones de dudoso origen (muchas veces de expolios nazis a judíos y vendidas por capitostes a contrabandistas).

Años 50: asentamiento como decorador y proveedor del franquismo

A partir de los 50 se estableció entre la ciudad de Madrid y Barcelona de manera individual. En esta última ciudad llegó a fundar un gran taller y tienda (lo que ahora llamaríamos showroom) donde exponía sus últimas creaciones en muebles y decoraciones completas en boiseries y pan de oro. Poco a poco la alta sociedad española olvidó su pasado manchado, y empezó a apreciar más y más su estilo historicista revisado.

 

Diseño para un comedor de unos clientes en Madrid, años '50. Sillería tipo Hepplewithe, mesa directorio y piezas de porcelana en las paredes

En Madrid tuvo dos grandes proyectos que gracias a ellos, saltó al trampolín del gobierno y los grandes encargos: el primero de todos fue la decoración de la mansión de Ava Gardner en Madrid. Para dicha creación, usaría las mejores lacas, muebles creados por él mismo, y las más refinadas porcelanas. Gardner preservaría a lo largo de su vida dicha decoración, recordándola con gran cariño. Por otro lado el gobierno de Francisco Franco le encargó el amueblamiento y diseño de las plantas nobles del recién creado Instituto de Cultura Hispánica. En este otro proyecto se basó en la arquitectura herreriana y manierista imperante en el nuevo edificio, por lo tanto primaron las maderas oscuras, y los estilos "neo" de los siglos XVI y XVII.

 

Hall para un establecimiento hotelero en España, mediados de los años '50

El gran salto comercial y desarrollo de un estilo

Hacia 1960 Lottier ya tenía un nombre forjado en el mundo de la decoración, y gracias a ello su tienda en Barcelona se convirtió en la cuna del buen gusto. Además de ello, importantes empresas del sector confiaron con él para algunos de sus más célebres diseños como Casa Valentí, la cual triunfó con una silla baja tipo safari, o la casa Gancedo para los tejidos más históricos. En esta época además fundó una sucursal del restaurante "La Reserve" en Santa Susana, decorado exquisitamente por él mismo y siguiendo la propuesta culinaria de los años 20 de su padre. El duque de Alba, los marqueses de Masnou o Cuba estuvieron en su inauguración, junto con diplomáticos y jerarcas franquistas, tal y como recogía una crónica de la Vanguardia del 16 de septiembre de 1967. Como veis, supo estar en lo mejor (y también lo peor al principio) pero... ¿en qué destacó su estilo a lo largo de su vida? 


Vestíbulo para un establecimiento hotelero de los años '60

Pierre Lottier empezó emulando un poco la carrera de Marc du Plantier, otro gran diseñador coetáneo, y la célebre Maison Jansen de Paris. Sus inicios se basaron en la pureza del "Grand Gout" francés, centrado principalmente en los estilos Luís XV y XVI. Más adelante, en los 50, derivó a los estilos ingleses típicos de finales de el siglo XVIII: Hepplewhite, Adam, Chippendale, Sheraton o Gillwood fueron los apellidos con los que Lottier más se inspiró, destacando sobretodo las sillas y sillones lacadas en blanco o negro y decoraciones en dorado pintadas a mano alzada. Hacia 1970 el estilo derivó a una estela más moderna: los nuevos pisos de la burguesía arribista pedían estilos más depurados, y Lottier supo hacer la lectura. Sus nuevos diseños se basaban en el Art Decó y racionalismo clásico, típico de una nueva sociedad más intelectual y "falsamente austera". Cada casa en zonas como Sarrià Sant Gervasi, Pedralbes o barrio de Salamanca y la Moraleja contenían habitualmente un comedor entero de Lottier, un despacho o un salón.

Investiguemos aquí algunos de sus diseños más célebres:

Sillas con brazos inspirada en modelos Sheraton, años '50.

Copete de un espejo estilo Regency de los años '50.

Mesa velador estilo Regency de los años '40.

Silla Valentí de mediados de los '50 

Un aplique estilo imperio de mediados de los '40

Consola estilo rococó-Reina Ana de los años '30

Uno de sus diseños más repetidos fueron este tipo de sillería basada entre un modelo de Hepplewhite y Gillwood de 1795: se realizaban lacadas en negro y dorado o blanco y dorado.